miércoles, 3 de junio de 2009 en 21:17

MAX   guide junio
3/06/2009 - 21:30:00
GIRAMAR
Sala Ortúzar , Roseti 1678
$20

3/06/2009 - 22:00:00
SOUTH PARK
pantalla de MTV ,
Gratis

4/06/2009 -
BIG BANG LOVE
COMPLEJO ARTE CINEMA , Salta 1620 (Entre Av. Juan de Garay y Pje. Ciudadela)
$16

4/06/2009 - 21:00:00
TANGO TURCO
TEATRO NACIONAL CERVANTES (Sala GUERRERO),
$20

4/06/2009 - 21:00:00
ALINA GANDINI & Hotelera
LA TRASTIENDA CLUB, BALCARCE 460
$25

5/06/2009 - 20:00:00
FABRICIO RODRIGUEZ Y MR. MOJO
NICETO CLUB, Niceto Vega 5510 Palermo, Ciudad de Buenos Aires
$20

5/06/2009 - 21:00:00
HOME
Plaza Naciones Unidas, Figueroa Alcorta y Austria
Gratis

5/06/2009 - 21:00:00
RATA BLANCA
Luna Park, Bouchard 465
$60

6/06/2009 - 18:00:00
ARBOLITO-RALY BARRIONUEVO Y LA BOMBA DE TIEMPO
ESTADIO CUBIERTO MALVINAS ARGENTINAS, GUTEMBERG 350
$30

6/06/2009 - 20:00:00
La Pecadora
TEATRO DEL PUEBLO, Av. Roque Sáenz Peña 943
$30

7/06/2009 - 17:00:00
Charles Chaplin
Centro Cultural Caras y Caretas , Venezuela 330/ 370
Gratis

10/06/2009 - 12:00:00
Exposición de Juan Doffo
Galería Rubbers, Av. Alvear 1595
Gratis

11/06/2009 - 15:00:00
Ciudad Emergente
CENTRO CULTURAL RECOLETA, Junín 1930
Gratis

11/06/2009 - 20:00:00
“kermés” titiritera
Anexo, Venezuela 330
Gratis

12/06/2009 - 23:00:00
DELIRIO ROCK
Afiche Bar, M. T. de Alvear 2199
$10

14/06/2009 - 19:00:00
MIRÁ LO QUE HAY QUE ESCUCHAR
Centro Cultural Borges, Viamonte esq. San Martín
$30

19/06/2009 - 20:00:00
NUEVOS AIRES FOLK
La Trastienda, BALCARCE 460
$65

22/06/2009 - 21:00:00
"Señorita Elsa"
Patio de Actores , Lerma 568
$30


30/06/2009 - 20:00:00
PECHAKUCHA NIGHT Vol.13
Centro Cultural Konex, Sarmiento 3131
$20

16/07/2009 - 21:00:00
Boogie el aceitoso
en los cines de todo el país,
$20

26/07/2009 - 19:00:00
FLOW FEST 09
La Trastienda, BALCARCE 460
$30
16/07/2029 - 21:00:00
Cat Power
Teatro Gran Rex, Av. Corrientes 857
$80


miércoles, 20 de mayo de 2009 en 18:29


Honestidad Brutal

Seguramente, nadie encontrará un parque de diversiones con una montaña rusa tan vertiginosa como la experiencia de medir 30 puntos de rating a los 21 años. Ese fue el desafío que afrontó Gastón Pauls para empezar a componer una profesión que muchas veces torna difusos los límites entre la ficción y la realidad. Y 15 años después, el más terrenal de los actores alza con orgullo la bandera de la honestidad. txt Leandro Serjai   Ph Román Pagone


Habían pasado casi 30 minutos y seguía jugando frente a la cámara. Se notaba que la parte de la entrevista donde el personaje posa para las fotos estaba lejos de provocarle fascinación, pero de todos modos se sentía cómodo. “¿Ves? Esta campera de jean de tu marido –le dice a la directora – me la pongo sin problemas. Lo mismo pasa con esta bufanda. ¿Es de tu papá, no?”. Gastón Pauls es brutalmente honesto. Por eso, en las producciones fotográficas prefiere evitar el maquillaje, mostrarse con prendas que podrían encontrarse en su placard y rechazar marcas que no suelen captar su atención.

Seguramente, estos son los valores que más lo diferencian de Juan Perugia, el gran personaje de su último éxito, “Todos contra Juan”. El protagonista del ciclo, que tendrá segunda temporada, está dispuesto a todo por recuperar la fama que supo tener, en cambio Pauls conoció de qué se trata la vida de 30 puntos de rating pero jamás se dejó elevar por el aire. Eso fue cuando debutó en televisión en 1994 con “Montaña Rusa”. Por entonces, lejos de bajarse mareado de una experiencia tan vertiginosa, aprendió a encarar con coherencia los formatos de ficción y realidad, también cuando exceden las pantallas.

Así, se puso en la piel de Juan en “Nueve reinas”, de Guillermo en “La suerte está echada” y de Leguizamón en “Iluminados por el fuego”, por nombrar sólo algunas películas que filmó. O también se vistió de narrador para los programas testimoniales “Ser urbano” y “Humanos en el camino”. Pero cuando se enciende un grabador, sólo se disfraza de Gastón Pauls.


¿Por qué no te gustan las producciones de fotos?

En general, siento que terminan siendo algo falso. Eso me pasaba mucho cuando hacía los programas testimoniales y veía una realidad bastante cruda. Después no tenía ganas de posar durante dos horas con toda una cosa muy artificial alrededor. Prefería ponerme algo más natural y decir: “Este soy y así estoy”. A mí me preocupa mucho lo que ocurre en los medios, hay un “photoshop de vida”, es mucho más que fotográfico. Eso es: te muestro algo en la tapa de una revista y en mi vida hago otra cosa. Y en realidad me parece mucho más atractivo mostrar lo que uno es para no ser parte de la confusión general que hay.

 

Debe ser difícil ir contra la corriente.

Sí, pero hay mucha gente que lo hace. Y después te das cuenta que no es ir contra la corriente, que es ir a favor. Ir contra la corriente es cambiarse para una foto y pedir que te saquen las arrugas.


¿Qué produjo el cambio de ese chico galancito al Pauls sobrio que conducía programas testimoniales?

Tuvo que ver con una necesidad mía. Sabía que hacer “Montaña Rusa” durante diez años no me iba a conformar. Lo hice dos y suficiente.

 

¿Eso ya lo sabías cuando arrancaste o te diste cuenta después?

No, sabía que era como el primer paso. Estaba bastante conciente de que lo usaba como trampolín. Pero hay lugares donde te descubrís, y yo haciendo “Montaña Rusa” me descubrí en un montón de cosas. Fue uno de los momentos más importantes de mi vida.

 

¿Qué descubriste ahí?

Que podía trabajar de lo que quería, hacer todo lo que vino después. Cuando me vi en el primer programa me agarró una emoción inmensa, me puse a llorar. Pensaba que ese que estaba ahí, el que estaba viendo, era yo mismo, y que había vencido muchos miedos para estar en pantalla. No es fácil animarse a hacer lo que uno quiere hacer. Y también descubrí lo que vale la privacidad. Yo hacía treinta puntos de rating a los 21 años, era como un delirio. Salía a la calle y no podía caminar. Un rato eso es divertido, el ego se te infla. Pero a la vez decís: “Men, quiero volver a caminar, a subir a un colectivo”. Después, con los años, aprendí que no expondría ciertas cosas de mi vida por un punto más de rating.

 

¿Qué tiene Pauls de Juan Perugia?

¡Uff, de todo! Tiene la paranoia que creo tienen todos los actores: pensar que uno es el mejor y es único. Todos los actores del mundo creemos que nadie haría mejor un personaje que uno mismo. Pero también lo decimos, y da un poco de vergüenza ajena. Después, en el programa hay muchas anécdotas mías.

 

¿Qué salió mejor y qué peor de lo esperado?

Corregiría varias cosas, pero son sutilezas. Lo que queríamos contar está recontra contado. Igual, siento que todavía hay un montón de cosas para decir, y por eso vamos a hacer la segunda temporada.

 

¿Qué actores te gustaría que aparezcan en “Todos contra Juan”?

Federico Luppi, Ricardo Darín, Natalia Oreiro. Hay varios que me gustaría llamar para la segunda temporada.


¿Te pasó que alguien te haya dicho “quiero estar en tu programa”?

Me pasó con Benicio del Toro. Cuando estuvo acá para presentar la película que hicimos juntos (“Che, guerrilla”) le contaron del programa, y me pidió estar.

 

Más allá de tu programa que de algún modo se presta, ¿suele pasar que un actor se ofrezca para un papel?

Si hay una peli o un director que me gusta, yo lo hago. Hace poco lo llamé a Adrián Caetano porque estaba filmando una película y le dije que quería hacer algo. Me ofreció una escena, de policía, ni tenía que hablar. “Dale”, le dije. De esas hice muchas, me he metido en varias películas pasando por atrás.

 

Insistir para estar formalmente en una película ya es tarea de los representantes

Sí. “Nueve reinas” la iban a filmar Leo Sbaraglia y el Puma Goiti, pero los dos tenían algunos problemas. Y mi representante le quemó la cabeza a Fabián Bielinsky, que era el director: “Loco, si se cae Leo está Gastón”. Terminamos haciéndola Darín y yo.

 

¿Cómo nació la idea de tu fundación “Casa de la Cultura de la Calle”?

Hace seis años estaba caminando por Plaza Italia con Juan Palomino y Rodrigo de la Serna. Nos cruzamos con unos pibes de la calle que estaban con una bolsa de poxirán. Me senté a hablar con ellos, a ver cómo andaban. Y en un momento le pregunté a uno de esos chicos, Sebastián, que entonces tenía 11 años, “¿A vos no te gusta pintar, dibujar?”. “Sí”. “¿Y por qué no lo hacés?”. “Porque necesito un lugar para expresar lo que me pasa”. Esas fueron las palabras, no les cambié ni una letra. ¡Qué hijo de puta!, ¿con esa edad tenés esa lucidez para contestarme? Entonces me di cuenta que no tenían un lugar, y que yo lo podía armar. Soy actor, conozco actores, músicos, pintores.

 

De todo lo que se haya dicho de vos, ¿qué fue lo que más te molestó?

Para lo medios ya fui gay, por ejemplo. Aunque eso no me molestó, mi novio estaba feliz. (Risas). En realidad, son cosas que me joden cuando no las estoy ac-tuando. Pero está bien, este medio provoca eso. Se habla mucho sobre lo que se genera en el escándalo, y yo prefiero que se hable por lo que estoy haciendo en mi vida laboral y expresiva. Se dicen cosas para llenar espacios, y  la verdad que eso marea mucho. Aunque no seas lo que dicen, igual te pone mal escucharlo. Pero ya no me preocupo demasiado.

 

¿Cómo imaginás a tu opuesto?

Totalmente seguro de sí mismo y muy co-rrupto, un garca. También alguien con mucho pelo y que mediría dos metros.

en 18:22

Infidelidad

“De la muerte y de los cuernos no se salva nadie”, reza el refrán  popular que de tanto en tanto se escucha. Ahora bien, ser un Don Juan, un pirata, un pata de lana, un mujeriego o un gorreador no es tarea sencilla, ya que puede generar altos grados de estrés. Txt Victoria Bianco

Lo que parece ser un simple revolcón es también estresante para el infiel. Poner los cuernos no es fácil, si bien ge-nera mucha adrenalina, vuelve paranoico al pecador, pues debe hacer malabares para borrar todo tipo de huellas. Preservativos bien escondidos, férreo control de gastos, amigos cómplices, viajes relámpagos de laburo y “cansancio extremo” motivado por el exceso de trabajo forman parte de los  ritos cotidianos que cumple un infiel si quiere que nada se note. 

La vida de un infiel se resume a andar de trampas. Y ello es tanto para hombres como para mujeres, aunque estas estadísticas cuestionan cuál es realmente el sexo débil: el hombre es un 70 % más flojito de calzón que la mujer.

 

Tres es un estrés

Fumar mucho, masticar algo todo el tiem-po y mirar mil veces para el mismo lado son algunas señales alarmantes. Para el cazador de piratas, el infiel se vuelve un poco paranoico. “Los hombres suelen llegar al estacionamiento y en vez de subir a su auto prefieren tomar un taxi por si los siguen. Las mujeres caminan y miran para atrás cada dos metros con la idea de que su pareja puede estar ahí. Pero en realidad los que las seguimos somos detectives”, cuenta Raúl Di Nucci, gerente de la agencia Cie Investiga, una empresa que sigue más de 23 “sujetos en adulterio” por mes.

 

Para la mayoría de los infieles no interesa tanto con quién poner los cuernos, sino el hecho de hacerlo, ya que la motivación está volcada en la adrenalina que genera. “Imaginate lo excitante que es tener sexo con alguien que está prohibido, y a eso sumale la chance de ser descubierto. Imposible no hacerse adicto”, grafica la sexóloga Mirta Pitrani.

 

Sabuesos no, instinto femenino

Sin dudas, las mujeres son más prolijas, no se dejan llevar sólo por el impulso sino que estudian y acomodan el terreno antes de llegar a la acción. Tal vez por el sentimiento de culpa, o quizá por su natural instinto de protección a la familia, hacen todo de una manera minuciosa, difícilmente detectada por el cornudo.

En tanto que el hombre, al ser más racional que emocional, y sobre todo al tener su poder repartido en dos cabezas, la mayoría de las veces se ve desbordado por el impulso y deja señales a la vista. Lo reconoce Joaquín Sabina: “Los hombres engañan más, las mujeres mejor”.

 

Es así como ellas descubren los engaños, en la mayoría de los casos, no por actuar como detectives, sino por las desprolijidades que comete el hombre. “Genética y funcionalmente, las mujeres son más perceptivas y observadoras. Entonces, se dan cuenta que son traicionadas por los descuidos de sus parejas. Mientras que los hombres descubren la infidelidad cuando las mujeres ya quieren separarse”, diferencia Pitrani.


Imaginate lo excitante que es tener sexo con alguien que está prohibido, y a eso sumale la posibilidad de ser descubierto. Imposible no hacerse adicto”

 ¿Y entonces qué nos queda?

Existen aquellos que eligen formar parejas abiertas en las cuales esposos, novios,  amantes e hijos se conocen y hasta comparten buenos momentos juntos. Sus defensores aseguran que este tipo de relaciones, también comprometidas, podrían ser una manera de superar cuestiones de infidelidades. “Los polienamorados, tal cual los llaman, están liberados del peso de votos matrimoniales. Son fieles a sus convicciones sin necesidad de usar la mentira, que es la parte más dolorosa de todo engaño”, asegura Pitrani.

Sin embargo, en parte gracias a la forma vincular posesiva aprendida en la cultura occidental, pocos son capaces de mantener este tipo de relaciones. Aunque según las evidencias, las parejas de los polienamorados pueden durar igual cantidad de tiempo que la de los monógamos.

 

Entonces, a pesar de ser una elección apta para una minoría, esta costumbre podría convertirse en una alternativa a la monogamia. Después de todo, el que avisa no traiciona.


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